Reproducido con permiso – (C) Rick Nahmias/Todos los derechos reservados
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Fotografía: (C) Rick Nahmias/themigrantproject.com
Cada día, a más tardar a las 2:00 a.m., estas mujeres viajan desde Mexicali al puerto de entrada a Calexico. Esperan para abordar los autobuses que las transportarán casi 75 millas al norte para trabajar en los campos de melón del Valle Imperial. Las mujeres componen el 20 porciento de la fuerza laboral campesina.
Fotografía: (C) Rick Nahmias/themigrantproject.com
Guillermina Sánchez es una trabajadora de la uva y miembro de Líderes Campesinas, una organización a nivel estatal de mujeres campesinas que se especializa en dar alcance a sus respectivas comunidades en asuntos de importancia para éstas, incluyendo el peligro de los pesticidas, el abuso doméstico y el VIH. Guillermina llega a las viñas por la noche y comienza a trabajar mientras la luna se pone. En su tiempo libre, organiza entrenamientos de alcance comunitario y de manejo de pesticidas dirigidos a otras mujeres campesinas. Un estudio reciente estudio reveló que el 60 porciento de las personas entrevistadas en el Valle de Coachella, la primera región californiana en vendimiar uvas de mesa cada año, habían sido forzadas a “probar la fruta”, a comerla sin haber sido lavada durante la cosecha para saber si eran lo suficientemente dulces como para ser cosechadas. Esta práctica no esta regulada por las leyes sobre pesticidas en California.
Fotografía: (C) Rick Nahmias/themigrantproject.com
Víctor Hernández, un niño de seis años de edad que vive en Coachella, disfruta un poco de su tiempo libre durante sus vacaciones de verano para visitar los viñedos con su madre, una trabajadora comunitaria.
Fotografía: (C) Rick Nahmias/themigrantproject.com
Este grupo formado por ocho migrantes originado en Texas gana $10 dólares por tonelada de melón pizcado. Ellos estiman que en un buen día cada uno gana $80 dólares por seis horas de trabajo. Esto significa ocho toneladas de melón pizcado por persona al día, sin la ayuda de fajas para la espalda, guantes o cualquier otro equipo de seguridad.
Fotografía: (C) Rick Nahmias/themigrantproject.com
Esta cosecha de tomate verde está hecha totalmente a mano. Los campesinos cosechan la fruta lo más rápido posible; la arrojan en cubetas que llevan a los remolques. Estos tomates verdes o tomates “frescos de mercado” son tratados entonces con gas etileno, que crea el color rojo brillante. Considerado como uno de los trabajos más sucios que hay, varias capas de ropa son usadas para mantener a los trabajadores protegidos del sol y del lodo por el que se arrastran. Los guantes se usan para un manejo más rápido y sencillo de la fruta.
Fotografía: (C) Rick Nahmias/themigrantproject.com
Los trabajadores del tomate reciben una ficha por cada par de cubetas que llenan, cada una con peso aproximado de 25 libras. El valor de las fichas depende del valor de los tomates en el mercado. Ese día, las fichas tenían un valor de ¢95 de dólar.